¿Será este el último año que amarre un buque regasificador en Bahía Blanca?

21 febrero 2022

El gobierno prevé que gasoducto Néstor Kirchner "esté listo en el invierno de 2023".


El regasificador Exemplar en el puerto de Bahía Blanca. Este año se repetirá el proceso de regasificación en la terminal portuaria de Compañía Mega, en ese puerto bonaerense.


Por Adrián Luciani

aedgarluciani@gmail.com

   Entre el 18 de mayo y el 31 de agosto próximos volverá a operar en el puerto de Bahía Blanca un buque regasificador.

   ¿Será este el último año en que un barco de este tipo esté fondeado en el sur bonaerense para atender la demanda invernal de gas natural?

   Esa es la idea del gobierno y hacia ese objetivo parecen dirigirse todas las acciones, pero la meta no será fácil.

   Según el presidente de Integración Energética Argentina (IEASA), Agustín Gerez, la idea consiste en finalizar las obras del gasoducto Néstor Kirchner para el invierno de 2023.

   La habilitación del ducto entre Tratayén (Vaca Muerta) y Salliqueló permitiría prescindir del regasificador de Bahía Blanca, limitando la operación sólo al del puerto de Escobar.

   Según Gerez este mes se van a publicar los pliegos licitatorios para el abastecimiento de caños y la contratación del estudio de impacto ambiental.

   "En base al resultado que obtengamos en la licitación de caños, ya sí poder publicar para fines de marzo o abril los pliegos de lo que sería la etapa de la construcción de estas obras", agregó.

   El gasoducto Presidente Néstor Kirchner transportará gas natural con punto de partida desde las proximidades de Tratayén (Neuquén), atravesando las provincias de Río Negro y La Pampa, pasando por Salliqueló en la provincia de Buenos Aires hasta las proximidades de San Jerónimo, en la de Santa Fe.

   Consultado acerca de los plazos previstos para la obra, el funcionario indicó que "este Gasoducto tiene que estar listo para el invierno que viene, para que la Argentina ya pueda gozar de sus beneficios".

   "Estamos confiados, vamos a ver cuáles son los resultados de los procesos licitatorio pero si contamos con los caños en el plazo que nos hemos propuesto, la obra puede estar lista para ese período", afirmó.

   Informó que desde el ministerio de Economía se trabaja en un proyecto de ley que contemple las exenciones impositivas previstas en la Ley de Presupuesto que no fue aprobada en el Congreso Nacional.

Falta de Ley de Presupuesto

   "La falta de Ley de Presupuesto no es que complica pero sí no logra atenuar los costos fiscales de este proyecto para el propio Estado; estamos hablando de unos 1.800 millones de dólares, así que si hacemos el cálculo impositivo es un número importante", explicó.

   Para Gerez, "es una ley que incorpora todos aquellos artículos vinculados al sector energético que tenían que ver con cuestiones impositivas y que el Presidente por sus propias facultades no puede legislar mediante decretos".

  "Esperamos que su tratamiento y su envío al Congreso sea lo antes posible y podamos contar con esa ley antes del inicio de las compras y de la ejecución del proyecto", señaló.

   Cabe recordar que las importaciones de GNL son una espada de Damocles para la economía argentina y el gasoducto desde Vaca Muerta es la llave para poder sustituir el barco regasificador de Bahía Blanca, con un ahorro de unos 1000 millones de dólares, como mínimo.

Un gasto mucho mayor

  Si bien IEASA el año pasado dio a conocer que por importaciones de gas gastó 1.100 millones de dólares (56 buques), esos datos fueron parciales ya que no computaron los costos portuarios y de los buques que generan este tipo de operaciones.

   En tal sentido, especialistas consultados por Argenports.com señalaron que al valor dado a conocer por IEASA debe sumarse entre un 60 y un 70 por ciento más, como mínimo, lo que lleva la cifra a 1.700 millones de dólares.

   Se estima que para este año esa cuenta se triplicará y podría ascender a los 3500 millones de dólares, por el escenario de precios altos, de más de 27 dólares, y por la necesidad de importar más buques (unos 60) ante la declinación de Bolivia.

  A esto, obviamente, habrá que sumarle los costos navieros y portuarios.

   Ahora la cuenta regresiva está en marcha y la meta es poner en funcionamiento el futuro gasoducto desde Vaca Muerta en el invierno de 2023. No será nada fácil, en absoluto, pero a eso se apunta.