El frente del talud marino argentino se está reduciendo y piden medidas para protegerlo

06 octubre 2020

El cambio climático y el calentamiento de los océanos está afectando directamente al Mar Argentino. El dato fue presentado por la oceanógrafa Bárbara Franco en el ciclo organizado por el Foro del Mar Patagónico. Ante este escenario las exposiciones sobre áreas marinas protegidas cobraron gran relevancia.


"Eso ya está promoviendo un impacto en el frente más productivo del mar patagónico, que es el frente del talud, donde muchas especies utilizan como fuente de alimento o por su ecosistema", dijo la investigadora Bárbara Franco.


   En el último webinario del ciclo llevado a cabo por el Foro para la Preservación del Mar Patagónico sobre Áreas Marinas Protegidas (AMP) se escucharon voces destacadas de la ciencia de Argentina y Chile. Durante el encuentro se ahondó en el papel que están desempeñando los Estados, destacándose la falta de políticas públicas, especialmente en el manejo pesquero.

   Se presentó como una necesidad la unión de la conservación, la ciencia, la política y la economía para frenar los impactos que pueden afectar gravemente los ecosistemas. Pero la exposición más destacada fue la presentada por la oceanógrafa Bárbara Franco del CONICET, que aportó el dato más relevante y novedoso: los resultados de recientes investigaciones acreditan una disminución del frente del talud en Argentina como consecuencia de los efectos del cambio climático y el calentamiento global. Espacio que empieza a observarse a partir de ahora como un área a proteger, incluso de la pesca.

talud mar argentino

Esquema del talud Mar Argentino

   Durante el ciclo de debates desarrollado a lo largo de dos meses, ya se había mencionado la relevancia de los frentes marítimos como áreas de alta productividad pero el dato aportado por la investigadora del CONICET movió toda la estantería de la planificación de AMP cuando dijo que el frente del talud se está reduciendo.

   “Una de las cosas que es muy importante destacar es que la circulación atmosférica en los últimos 30 y 40 años ya ha cambiado debido al impacto del cambio climático y eso tiene impactos directos en los océanos. En el caso de Argentina, la corriente de Brasil está aumentando su temperatura y se desplaza más hacia el sur.

   "Eso ya está promoviendo un impacto en el frente más productivo del mar patagónico, que es el frente del talud, donde muchas especies utilizan como fuente de alimento o por su ecosistema. Lo que va a seguir ocurriendo, según las proyecciones, es que el frente del talud va a disminuir su extensión”, expuso Bárbara Franco.

barbara franco

Bárbara Franco, investigadora del Conicet - Centro de Investigaciones del Mar y la Atmósfera (CIMA).

   La investigadora cuestionó la falta de inclusión de este frente entre las AMP para su protección y se preguntó si no será necesario disminuir la presión pesquera en esas regiones para que pueda aumentar la conservación de la biodiversidad marina que se ve afectada por el cambio climático. “Hay que empezar a pensar dónde definir las AMP considerando que las especies se concentran en esos frentes productivos”, dijo.

   Antes que ella, Santiago Krapovickas, del Foro para la Conservación del Mar Patagónico, había planteado el divorcio que existe entre la gestión pesquera y la conservación marina: “Donde ocurre pesca no ocurre conservación a pesar de que podrían ser políticas complementarias y de apoyo de una hacia la otra”. En ese sentido indicó que se debería incorporar el concepto de resiliencia en la búsqueda de recuperar los ecosistemas en el menor tiempo posible, para que se pueda seguir haciendo uso de los bienes.

   Pero para la oceanógrafa la situación será mucho más complicada si no se actúa con urgencia en la protección de estos frentes productivos. “No habrá resiliencia para esas especies una vez que esos frentes productivos pasen a desaparecer, y eso en función del impacto del cambio climático, en función del cambio en la circulación oceánica y el aumento de la temperatura entre otros factores químicos del océano. Eso está ocurriendo en todos los océanos y las proyecciones indican que va a seguir sucediendo”, concluyó.

   Tras la presentación de estos datos, la exposición que se había escuchado por parte de Yacqueline Montesino, de WWF Chile, sobre el impacto que está teniendo la actividad humana sumada a los efectos del cambio climático sobre la distribución y abundancia de peces y crustáceos, cobró mayor relevancia aún.

Mar argentino

Varios factores están generando cambios estructurales en las poblaciones de los ecosistemas.

   La acidificación de los océanos, la mortalidad y disminución de los bosques de macroalgas, el calentamiento de los océanos y la baja disponibilidad de oxígeno están generando un cambio estructural de las poblaciones en los ecosistemas, con aumento de enfermedades y un cambio en la abundancia de especies y la supervivencia. También se observa una baja tasa de reproductividad  con una baja capacidad de desarrollo, natación y crecimiento.

   La bióloga señaló como conclusión, que si se superponen estos impactos solo con las áreas de mamíferos marinos -considerados bioindicadores- en nuestra región, el 75 por ciento de las especies de mamíferos marinos están expuestos a un alto riesgo de amenaza. Destacando el desafío que se presenta en ese sentido para las AMP, dado que a su entender se han vuelto indispensables en el actual contexto biológico.

   Como bien señaló sobre el final el multipremiado investigador del CONICET, Oscar Iribarne, la puesta en conocimiento de la situación del frente del talud genera, a partir de ahora, un replanteo a nivel científico sobre lo que se viene observando y sobre el enfoque que se le deberá dar. Siguiendo esa línea de razonamiento planteó como un problema a resolver, puntualmente en Argentina, la falta de políticas públicas que permitan avanzar junto con la pesca en la preservación de los ambientes.

   “Si Argentina tuviera las pesquerías en esos estándares de sustentabilidad, las AMP tendrían una gran importancia porque esta dicotomía entre conservación y economía no sería tan importante, habría un aporte mutuo. Aquí el factor político nacional es determinante si queremos estándares de sustentabilidad. Se puede hacer, Australia lo hizo o Nueva Zelanda, nosotros no tenemos esa decisión política”, señaló Oscar Iribarne.

   En ese sentido se refirió a la importancia de aspirar a estándares de calidad internacional para poder avanzar y superar la puja existente entre economía y conservación, a la que calificó de falsa dicotomía. La pesquería de merluza es una de las pocas en el mundo que no está certificada por sustentabilidad, dijo; y tras informar que la especie Alaska Pollock ruso acaba de certificar, “ya nos quedamos prácticamente solos”, dijo.

oscar iribarne conicet

Oscar Iribarne, científico del Conicet con amplia experiencia en la investigacioens de los ambientes marinos.

   “Si Argentina tuviera las pesquerías en esos estándares de sustentabilidad, las AMP tendrían una gran importancia porque esta dicotomía entre conservación y economía no sería tan importante, habría un aporte mutuo. Aquí el factor político nacional es determinant